“Los mayores enemigos del arte son las subvenciones, la mercantilización, los prejuicios, las modas, la debilidad de criterio y la mayoría de las galerías.”

Irónico, ecléctico, conceptual, surrealista, informalista…
Carlos Echevarría se  siente incómodo cuando se le quiere clasificar,
entiende que condiciona la libertad,
que debe ser el primer objetivo de cualquier artista.

La misma libertad que le gustaría tuviera la gente al enfrentarse a sus obras
por lo que evita toda información, explicación o justificación
que entiende pueden influir en su percepción.

Obsesivo, curioso, adicto a los objetos, a los pequeños detalles, a las cosas cotidianas; atento a redescubrir la mirada, a ver el todo en la parte.
Es ésta su forma de interaccionar con el mundo.

Suele plantearse su trabajo a modo de series, lo que le facilita acotarlo y renovarse en cada una. Pese a lo heterogéneo de su obra, quien le sigue puede adivinarlo
reinventado en todas ellas.

Su trabajo no te deja indiferente y sin duda es un espacio de la libertad que revindica.